martes, 28 de octubre de 2014

Look up

La profesora de inglés nos ha mandado una excelente actividad. En clase vimos el vídeo viral en que un tal Gary Turk recita su poema “Look up”. Mayte nos pasó un par de hojas fotocopiadas con el poema entero, y ahora cada uno debe, en casa, tratar de recitarlo con la misma entonación y velocidad que el autor, intentando emular su pronunciación. Hoy nos grabaremos recitándolo en grupo.

Su tema es si la (¿excesiva?) atención que la gente dedica a las redes sociales nos hace más insociables.



Tras verlo por primera vez, tuvimos que debatir, en grupos reducidos, sobre su significado y si estábamos de acuerdo o no.

En nuestro pequeño grupo fui el único que lo consideraba quizá demasiado alarmista. Recuerdo un párrafo de Bertrand Russell que rebate a quienes critican cada avance tecnológico argumentando que no es natural. Russell afirma que lo natural, para cada uno, es lo que ha conocido en su niñez. Lao-Tsé, hace unos 2.500 años, protestaba contra los caminos, los carruajes y las embarcaciones, cosas que probablemente eran desconocidas en su pueblo natal. En cambio, Rousseau estaba acostumbrado a tales cosas y no las consideraba contrarias a la naturaleza, pero probablemente hubiera execrado los ferrocarriles si hubiese vivido lo suficiente para llegar a conocerlos.

Quizá Gary Turk tenga razón en que la tecnología nos aleja de conocer a quien está a nuestro lado. No soy muy hablador pero recuerdo algunas conversaciones con gente desconocida en trenes, autobuses y estaciones, cuando no había Facebook. En cierta ocasión incluso quedé para más adelante con una chica, durante un trayecto en tren. Pero esa tecnología nos aporta muchísimo. Nos aburrimos menos. Tenemos a nuestro alcance una ingente cantidad de información en cualquier ámbito, y múltiples opciones de ocio. Lo difícil es aprender a restringir su uso a los momentos en que no haya un plan mejor, ni una obligación que cumplir. Por evitarme sustos económicos, siempre me he asegurado de que mi recién comprado móvil no tuviese acceso a internet, y prefiero seguir así aunque me costase cero. Creo que la mejor manera de controlarme es esa. Ya demasiado me paso entrando con el ordenador, en casa.

No es por eso que dije “quizá demasiado alarmista”. Desde la perspectiva de “hay que ser sociable”, el vídeo nos alerta de un peligro muy real, de una tendencia alienante. Lo dije porque, aunque el modo de vida, algo más sociable, que hemos conocido desde pequeños nos parezca mejor, aunque estemos seguros de que era mejor jugar en la calle al escondite, a fútbol o a carreras de monopatín, cosas que no se ven tanto en los niños de ahora porque están mirando la pantalla de un móvil, ¿hay que preocuparse tanto por el rumbo de algo tan eternamente cambiante, tan inconstante, como es el comportamiento de las masas humanas, tan imprevisible en sus efectos? Me preocuparía en casos extremos: si las viese desfilar con antorchas o rifles, saludando a un nuevo Hitler. A pesar de la miseria generada por la corrupción política, no me parece que la juventud española se haya vuelto especialmente racista o xenófoba. Hay los que había, las excepciones de siempre.

Si el problema no fuesen las redes sociales, sería cualquier otro.


Quienes tenemos alrededor de 35 años hemos crecido en un país bastante socialista, en un mundo que no llegaba a 6 mil millones de personas. Los jóvenes de ahora se ven en una España políticamente peor, más liberal en macroeconomía y con menores posibilidades de independencia, en un mundo que supera los 7.400 millones de habitantes, cada vez más contaminado. Pero tienen medios para aburrirse menos que nosotros a su edad, y para informarse mejor. Ven una sociedad algo menos pacata, menos creyente en religión y menos homófoba. Internet les puede hacer conscientes de multitud de lugares y actividades interesantes o divertidas que no quedan lejos. Ríos, playas hermosas, museos, pueblos con encanto, fiestas diferentes, rutas de senderismo, deportes de aventura, locales donde hablar inglés con gente nativa... La consciencia de las opciones de ocio existentes se ha multiplicado. Puedes ver todos los clásicos del cine, escuchar infinidad de música en todos los estilos, aprender online a tocar un instrumento, con tablaturas de tus temas predilectos y con vídeos tutoriales, comparar opiniones para decidir próximas lecturas. Todo es distinto. Nosotros éramos básicamente "pijos" o "heavies". Ir rapado o con rastas, lleno de tatuajes o piercings, o con una perilla de cuatro centímetros, te hacía ser mucho más raro que ahora. Ahora creo que una mayor variedad de estilos está a la vista. La tecnología nos hace más naturales o más antinaturales en según qué cosas. Los canales televisivos “de izquierdas” nos muestran más realidades que antes, porque esas realidades ya han circulado por Facebook, y no quieren ser menos. ¿Hubiese podido darse un fenómeno político como el 15M o Podemos en los años noventa? Ni de coña. Para los partidos minoritarios, triunfar en las redes sociales es el trampolín que les lleva a tener minutos en La sexta y Cuatro. ¿Sabría yo ahora quién es Mónica Oltra si no hubiese Facebook? Soy valenciano y tengo claro que votaré a Compromís, como ya hice unos años atrás.

Cualquier avance que nos facilita algún aspecto de la vida siempre conlleva un riesgo de excesiva dependencia, incluso de adicción. Pero siempre se han hallado remedios sin tener que renunciar a esos avances.

Creo que un grupo de personas calladas, mirando cada una la pantalla de su móvil durante largo rato es una excepción rara, no es lo que te encuentras en cada bar y en cada calle. No necesitamos asustarnos por que algunos sean así.

You! Me! Dancing! (Los Campesinos, 2006):





The beats yeah, they were coming out the speakers
And were winding up straight in your sneakers
And I'm dancing like every song he spins is bis
Or like all my dance heroes would if they existed

And yeah it's sad that you think that we're all just scenesters
And even if we were its not the scene you're thinking of
To taking props from nineties boy band fashions
All crop tops and testosterone passion

If there's one thing that I could never confess
It's that I can't dance a single step

It's you, it's me
And there's dancing
It's you, it's me
And there's dancing

Not sure if you mind if I dance with you
But I don't think right now you care about anything at all
If only there were clothes on the floor
I'd feel for certain I was bedroom dancing

And it's all flailing limbs at the front line
Every single one of us is twisted by design
And dispatches from the back of my mind
Says as long as we're here everything is alright

If there's one thing that I could never confess
It's that I can't dance a single step

It's you, it's me
And there's dancing
It's you, it's me
And there's dancing

If there's one thing that I could never confess
It's that I can't dance a single step

One thing that I could never confess
It's that I can't dance a single step

It's you, it's me
And there's dancing
It's you, it's me
And there's dancing

It's you, it's me
And there's dancing
It's you, it's me
And there's dancing

And I always get confused,
because in supermarkets they turn the lights off when they want you to leave,
but in discos they turn them on.
And it's always sad to go, but it's never that sad,
Because there's only so many places you're guaranteed of getting a hug when you leave.
And then on the way home, it always seems like a good idea to go paddling in the fountain, and that's because it IS a good idea.
And were just like, how Rousseau depicts man in the state of nature:
we're undeveloped, we're ignorant, we're stupid, but we're happy.



domingo, 26 de octubre de 2014

Una del montón (Wislawa Szymborska)

"One" de Metallica, interpretada por Rodrigo y Gabriela.



Alguien colgó en Facebook este poema de la ganadora del Nobel de literatura 1996. Me suele costar de entrar la poesía, pero en este caso hubo cierto flechazo. Dice cosas que siempre he sentido. ¿En qué corriente filosófica cabría encuadrar mi perspectiva de la existencia? Quizá lo que más se le acerque sea el nihilismo, pero creo que hay parte de casi todas.


WISLAWA SZYMBORSKA - UNA DEL MONTÓN

Soy la que soy.
Casualidad inconcebible como todas las casualidades.

Otros antepasados podrían haber sido los míos, y yo habría abandonado otro nido, o me habría arrastrado cubierta de escamas de debajo de algún árbol.

En el vestuario de la naturaleza hay muchos trajes.
Trajes de gaviota, de araña, de ratón de monte.
Cada uno, como hecho a medida, se lleva dócilmente hasta que se hace tiras.

Yo tampoco he elegido, pero no me quejo.
Pude haber sido alguien mucho menos personal.
Parte de un banco de peces, de un hormiguero, de un enjambre, partícula del paisaje sacudida por el viento.

Alguien mucho menos feliz, criado para un abrigo de pieles o para una mesa navideña, algo que se mueve bajo un cristal de microscopio.

Árbol clavado en la tierra, al que se aproxima un incendio.

Hierba arrollada por el correr de incomprensibles sucesos.

Un tipo de mala estrella que para algunos brilla.

¿Y si despertara miedo en la gente, o sólo asco, o sólo compasión?

¿Y si hubiera nacido no en la tribu debida y se cerraran ante mí los caminos?

El destino, hasta ahora, ha sido benévolo conmigo.

Pudo no haberme sido dado recordar buenos momentos.

Se me pudo haber privado de la tendencia a comparar.

Pude haber sido yo misma, pero sin que me sorprendiera, lo que habría significado ser alguien completamente diferente.

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Algo que admiro y envidio en la gente creativa es el surtido de ejemplos que logran evocar a la hora de expresar una sensación concreta. La parte de este poema que más desearía haber escrito yo es: “Alguien mucho menos feliz, criado para un abrigo de pieles o para una mesa navideña, algo que se mueve bajo un cristal de microscopio.”

Como creo que la traducción rompe el ritmo y la rima, he juntado las frases donde los cortes me parecían no tener sentido y dificultar su lectura. Podéis deducir que no tengo alma: haría lo mismo con poemas de Lorca.

domingo, 19 de octubre de 2014

El mejor guión de la historia: ¿12 hombres sin piedad o Her?


Esta semana vi un clásico brutal: 12 hombres sin piedad (Sidney Lumet, 1957), tercera clasificada en el top histórico de Filmaffinity tras El padrino I y II.

En ella se nos muestra la reunión en la cual los miembros de un jurado deben decidir por unanimidad si el acusado de parricidio es inocente o culpable, lo cual le enviaría a la silla eléctrica. Tras el juicio, tan solo uno de ellos tiene dudas sobre la culpabilidad del chico. Algunos únicamente desean terminar lo más pronto posible para poder regresar a sus propios asuntos. La peli entera es una intensa discusión, sin salir de una misma habitación, como en La soga (1948) de Hitchcock, pero mejor todavía, ya que en La soga se juega con tres o cuatro personajes principales (hace mucho tiempo que la vi) y en 12 hombres sin piedad se maneja 12 protagonistas perfectamente caracterizados.

Lo de no salir de una misma habitación en toda la peli nos podría remitir también a El ángel exterminador (1962) de Buñuel. Pero en este caso se trata de una obra más fantástica, muy al estilo de los cuentos de Julio Cortázar.

Anoche la comentaba con el más cinéfilo de mis amigos. Le dije que el guión me parecía prácticamente tan impresionante como el de Her (Spike Jonze, 2013). Raúl respondió que más todavía. “12 hombres ha superado la prueba del tiempo. Trata problemas que 57 años después siguen existiendo y mantiene vigente su prestigio. Hay que ver si Her se mantiene tan alta dentro de medio siglo. Aborda una realidad muy de ahora, vinculada a la manera como usamos hoy una tecnología que no deja de cambiar.”

Ese punto de vista no me acaba de convencer. A largo plazo, dentro de 500 años, las realidades retratadas en ambas pelis pueden ser igual de arcaicas. Hace décadas se pensaba en futuros conflictos entre hombres y máquinas inteligentes. Hoy en día se piensa más en que las máquinas seremos nosotros, que cada vez nos incorporamos más implantes. Ahora son brazos biónicos para gente amputada, dosificadores de insulina para diabéticos, marcapasos… Quizá en unos años nos implantemos discos duros en el cerebro para aumentar nuestra memoria, o cualquier cosa. Quizá, tal como seamos cada vez más híbridos, hombres-máquina con mejores cerebros, nuestra manera de gestionar los sentimientos sea menos subjetiva y emotiva, menos visceral y más razonada, y las situaciones que retrata todo el arte actual queden desfasadas.

Home (Edward Sharpe & The Magnetic Zeros, 2009):


All that we perceive (Thievery Corporation, 2002):



Everything that's real and everything unrealized
All infinity starts falling from your eyes
We are fluid dreams, vivid memories
All uncertainty leads to eternity
All that we perceive in every mystery
Who are we? What we see? Oh, I can't comprehend
Who are we? What we see? Whoa, I can't comprehend
Illuminating love falls from the skies
To water the illusions in our eyes
All that we desire is all we fear
All our aspirations grow unclear
We feel endlessly, beyond all gravity
Who are we? What we see? Oh, I can't comprehend
Who are we? What we see? Whoa, I can't comprehend 

domingo, 12 de octubre de 2014

Secuestro



Como cada martes y jueves, hacia las siete de la tarde, acudí a entrenar con gente de los distintos equipos que integran la liga de fútbol sala de mi pueblo. Pero ese día encontramos la puerta de las pistas cerrada con cadena y candado.

Despreocupadamente, saltamos la valla, como toda la vida hemos hecho cada vez que encontrábamos las pistas cerradas. A los cinco minutos de haber empezado a jugar, un policía se asomó a la ventana de la “Casa de ferro”, y nos instó a abandonar las instalaciones. Discutimos un rato y el policía bajó acompañado por una colega suya. El argumento era que “Si está cerrado no podéis entrar”. Les respondíamos que lo tenían fácil: “Ché, abrid la puerta y se acabó el problema”.

Entonces apareció el Coordinador de deportes, un tipo todavía joven, de entre 35 y 40, pero repelente. Perdimos una valiosa media hora de luz solar discutiendo a la entrada de las pistas. Resultó que nadie podía usar ese día las instalaciones porque “estoy de huelga”. Sí, amigos, era el 29 de marzo de 2012, huelga general. El coordinador estaba de huelga, lo cual significaba que nadie, en un pueblo de casi 8.000 habitantes, podía practicar deporte.

-Por mucho que quieras comprar en domingo, no vas al Mercadona y entras a la fuerza si está cerrado- nos decía con toda su desfachatez.
-El Mercadona es una empresa privada, Pau. En cambio, las instalaciones polideportivas son de todos, se construyeron con dinero público. No tienes ningún derecho a cerrarlas cuando te colore.

Terminamos yendo en coches y motos a uno de esos pueblos próximos que no llegan a mil habitantes, y donde las pistas no se cierran nunca, quizá porque no tienen puerta. Fuimos niños en los 80 y adolescentes en los 90, y nunca nos echaron encima a la policía por haber saltado la valla para jugar a futbito. ¿Tanto ha crecido Muro y tanto ha cambiado España para que todo se vuelva tan antinatural? ¿Para que el crimen sea usar unas pistas que están muriéndose de risa?

En esas discusiones no te vienen a la mente todos los argumentos que después quisieras haber usado, y también hay cosas que, sencillamente, no vas a decir, porque tus interlocutores no sabrían de qué hablas. Me venía a la mente un párrafo escrito hace casi un siglo, y la sensación de que, en algunas cosas, el mundo no evoluciona.

“construyen un parque de diversiones infantiles con el fin de convencerse de que son filántropos y luego imponen tantas regulaciones para su disfrute que ningún niño disfrutará allí como en la calle. Hacen cuanto pueden para impedir que los teatros y lugares de recreo estén abiertos los domingos, porque es el día en que de verdad se pueden utilizar.”

(Bertrand Russell – Gente bien, 1931)


Y la de veces que he visto las pistas de Muro cerradas en tardes de domingo.



Obra del artista gráfico Banksy.

miércoles, 1 de octubre de 2014

Homenaje al Hobby



Música: "The bull" (Mike Theodore Orchestra, 1977)

Algún día he de asistir a uno de estos eventos.

Nuestro pub mítico de Alcoi, el Hobby, cerró hace tres años, debido a la crisis. En su mejor época, allá por el primer lustro del nuevo siglo, algunos viernes llegaban batoieros, despejaban de vidrios el suelo junto a la cabina del Dj, y se ponían a bailar break dance (B-boying), entre un círculo de gente. Era el tipo de frikadas totalmente espontáneas, no preparadas, que tenían lugar en el Hobby cada noche. A cada uno le daba por hacer sus propias chorradas. Yo solía levantar por sorpresa a mis amigos a la giganta. Llegaba por detrás y, cuando se daban cuenta, estaban sentados a un metro setenta de altura. Lo tenía tan práctico que ni empleaba las manos. A veces no les bajaba en más de cinco minutos. Les iba llevando de un lado a otro. Me quedaba charlando tan normal con alguien, llevando una persona por sombrero. Uno de ellos, ya aburrido, decidió apoyar los pies en el posavasos de la pared y saltar. Menos mal que era temprano y no encontró vidrios en el suelo. Te podías encontrar gente sentada jugando a cartas junto a la puerta, o tipos con los taburetes en la cabeza, simulando una pelea de ciervos. Un tío, de día empleado de banca, solía agarrarse a una rendija del extractor de humos, en un desnivel del techo, y quedarse colgando cabeza abajo a lo Spiderman. Kusturica hubiese aprovechado anécdotas de ese lugar.

La gente que llevaba el pub llegó a hacer fotos de todos los habituales parroquianos durante varias noches, y forraron las barras con las mejores fotos. Al ser el único pub musicalmente alternativo de la zona, el ambiente resultaba más abierto que en otros locales. Nos sentíamos parte de una minoría con gustos no convencionales, sobretodo en música. Decíamos que el Hobby era nuestra segunda familia. Era muy raro que hubiese allí alguna pelea o te robasen la chaqueta. Sólo podía suceder en noches señaladas como Nochebuena o el Medio año de Fiestas, cuando había muchos no habituales. El resto del año podías dejar tus cosas en cualquier parte del pub y olvidarlas toda la noche.

Me encantaba observar las acrobacias de l@s B-boys y B-girls en primera fila. Todavía tengo en el alma la mirada de cierta chica desde enfrente, al otro lado del círculo, mientras seguíamos con nuestros cuerpos el compás de la música.


Encuentra las siete posesiones demoníacas. 

Un pequeño extracto de lo que éramos la fauna del Hobby en 2002.








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Tras varios visionados, y sin ser para nada un entendido en la materia, la impresión que me da es que Cloud no tenía posibilidad de ganar. Lilou es más bajito, lo que le confiere un mejor centro de gravedad para realizar ese tipo de acrobacias que rozan lo imposible.

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lunes, 22 de septiembre de 2014

Mi Camino del norte a Santiago, en agosto de 2011

Colomer en el albergue de Pasai Donibane, al atardecer.

















Cuando más he disfrutado llevando una vida ordenada sin considerarlo algo contrario al hedonismo fue durante el Camino.

Cada día me levantaba con los primeros, allá a las 06:15. Recogía mis cosas en silencio, tratando de no despertar a nadie, las sacaba a la entrada del albergue, desayunaba allí un plátano o una zanahoria, junto a otros, entraba para despertar a Colomer hacia las 06:30, comprobaba bien que no había dejado nada mío por allí, y hacia las siete en punto arrancábamos un grupo de unos veinte “peregrinos”.

Recorríamos la etapa antes de la hora de comer, llegando al destino entre la una y las tres del mediodía. Comíamos de menú en algún bar, con vino y casera. De este modo, siempre encontrábamos sitio en el siguiente albergue, y disponíamos de toda la tarde para lavar y tender la ropa, defecar, ducharnos, visitar los rincones interesantes del lugar, nadar en la playa, o emborracharnos si el pueblo estaba en fiestas, algo que sucedía muy a menudo, pues el verano en la cornisa cantábrica es corto.

Saliendo de Pobeña.

Colomer consiguió llegar a Castro, pese al esguince de tobillo que arrastraba. Por ello, en las dos últimas horas de cada etapa, nos quedábamos siempre rezagados respecto al "pelotón".


Me lavaba los dientes un par de veces diarias, cosa que a veces en casa me da pereza, pero allí me apetecía. Es igual que cuando no eres capaz de estudiar en la soledad de tu casa, pero sí en una biblioteca llena de gente, donde no quieres ser, ni parecer, el más irresponsable. Cada tarde buscaba una frutería y compraba algo, especialmente para desayunar algo sano el día siguiente.

El tiempo parecía pasar muy despacio, pues cada día estaba repleto de distintas situaciones agradables que recordar. Lugares pintorescos, charlas espontáneas con gente hasta entonces desconocida o poco conocida, anécdotas, pequeñas aventurillas, fiestas, ligeros percances que in situ parecieron dramáticos…

La primera mañana, en Hondarribia, nos equivocamos de montaña. Atravesamos toda la parte de playa hasta el final, y por allí subimos. Nos costó luego varias horas encontrar un camino que llegase al santuario de Guadalupe, adonde llegamos a la una y media del mediodía. Debimos haber perdido unas cuatro horas. En la foto estoy desesperado. Son las tres de la tarde, y todavía no hemos perdido de vista Irún, donde nos habíamos apeado del autobús a las 07:30. Lo peor es que al llegar había notado que las zapatillas nuevas no me entraban bien. Eran de mi talla, pero la punta me apretaba demasiado. Quizá no lo había notado antes porque no llevaba una mochila cargada. Así que empecé la etapa con unas zapatillas de futbito cuya suela era como papel de fumar. Ese día dormimos en Pasaia, y al segundo día, ya en Donostia-San Sebastián, pude comprar otras zapatillas. Pero ya no me iba a librar de las ampollas.


Recordabas sucesos acontecidos dos o tres días atrás como si hubiesen transcurrido varias semanas, con gente entonces nueva, y que ahora eran grandes colegas, al lado de los cuales habías hecho decenas de kilómetros y conversaciones de toda clase.



Parte del grupo más madrugador, que solía empezar a caminar a las siete de la mañana. Si no recuerdo mal, estamos en Larrabetzu, tras almorzar sabrosos pintxos allí mismo.


Recuerdo salir de Zarautz por el paseo entre mar y carretera, en dirección a Getaria, empezando a rayar el alba, y detenernos a mirar atrás, hacia las diversas cadenas montañosas cuyos extremos se hundían en las aguas, y reconocer apenas, forzando la vista, sobre el más lejano de aquellos montes, la torreta del Igeldo, y pensar, “Sólo hace 24 horas estábamos subiendo la otra parte de esa remota montaña, saliendo de Donostia-San Sebastián, y todavía no habíamos entablado relación con nadie, y ahora mismo ya es como si a algunos los conociésemos de hace mucho. Recorrimos distintas partes de la ruta junto a distintas personas, y nada más entrar al pueblo, nos sentamos en un parque junto a la iglesia y presenciamos una boda vasca, y por primera vez he nadado en el Cantábrico, y anoche, al volver del bar donde cenamos, con vino en las venas, encontramos de nuevo a gran parte de los compañeros de ruta en el jardín del albergue, alrededor de uno que tocaba la guitarra y cantaba de categoría, y vivimos un ambiente festivo que tratamos de alargar todo lo posible”.

Entre Pobeña y Castro, el noveno día. Debido a la mala situación del tobillo de Colomer, cogimos un atajo, siguiendo la poco transitada carretera rural junto al mar. Esto es un túnel entre Mioño y Castro, por la antigua vía del tren.


Minutos antes, al abandonar el albergue todavía bajo las estrellas, nos habían llegado insultos por parte de exaltados y reposantes turistas jóvenes, desde altos balcones de apartamentos. Nos acusaban de ser tontos católicos, aunque creo que ninguno de nosotros lo era. Hacíamos el Camino por deporte, por ver múltiples paisajes, por viajar barato, por conocer gente, por cualquier motivo no religioso. Apenas había dormido por culpa del silbido de mosquitos y el ronquido de algún peregrino, pero me sentía lleno de energía.

Al subir a la montaña tras haber salido de Gernika, nos vimos envueltos en una hermosa niebla matinal.


Algunas noches, cuando nos hallábamos en una localidad que celebraba sus fiestas, los encargados del albergue nos permitían volver a las 24:30 en lugar de la hora habitual de cierre, que eran las 22:00. Regresábamos tocadillos de bastante vino y algo más, y me costaba dormirme. Y de madrugada, al sonarme el despertador del móvil a las 06:15, me levantaba de un salto con toda la ilusión del mundo, como si hubiese dormido nueve horas.

La desesperación me partía el alma cuando me vi regresando en autobús desde Castro Urdiales hacia Bilbao, donde por la noche debíamos coger otro autobús hacia Valencia. Eran las once de la mañana, el único día que nos habíamos permitido dormir hasta tarde. Lo que más deseaba del mundo era seguir con aquella rutina de una etapa por día. Era increíble la cantidad de lugares y personas que habíamos conocido bastante bien durante nueve días. Unos doscientos kilómetros recorridos. Por mi memoria desfilaban imágenes y sensaciones diversas, todas encantadoras. Sentía que mi estilo de vida ideal era ese. Una etapa por día, durante meses. Hubiera llegado a Fisterra y empalmado con cualquier otro camino imaginable, en cualquier parte del mundo. Dicen que hay uno similar en Japón, y también se puede ir sobre la Muralla china…




El décimo día volvimos a Bilbao por la mañana, con idea de pasar por allí el día hasta las 22:30, hora de salida de nuestro Bilmanbus en dirección a Valencia. Sin esperarlo, nos encontramos que era el primer día del Aste Nagusia, un fiestorro brutal por el casco viejo.








Quien pase por Donostia-San Sebastián, y quiera probar a recorrer algún tramo del Camino: Entre Pasajes y Donostia hay una preciosa senda que transcurre por la montaña con el mar al lado, y puede durar un par de horas, aproximadamente. Si pasáis por allí, no perdáis la ocasión de hacer un rato de senderismo ligero.



La senda que va desde Pasajes hacia Donostia, por el monte Ulía.

Abajo, el final de este mismo tramo. Llegando a Donostia.



Y os dejo unos temazos alegres, de propina. "Guanabara" de Marcos Valle (2002) y "Owata" de Smashing Pumpkins (2011).






martes, 16 de septiembre de 2014

Tordesillas, un año más


El sadismo del pobre hacia el toro justifica el sadismo del rico esclavista hacia el pobre.

Hacer que la gente disfrute viendo torturar y humillar a un animal es maleducar a la sociedad, que se acostumbra a cualquier crueldad que los políticos quieran normalizar, como demuestra la tradición de los gladiadores durante el imperio romano, o las actuales ablaciones de clítoris en países africanos.

El mismo desdén que los espectadores muestran hacia el sufrimiento del toro lo sienten muchos políticos hacia el sufrimiento de las mayorías desfavorecidas. Al menos, eso es lo que se ve aquí en España, actualmente.

Los ricos suelen ser más conscientes que los pobres de pertenecer a distintas especies animales. Y el maltrato que los pobres vean natural dispensar a un toro justifica su propia vocación esclavista y sádica, porque su especie es superior a la del pobre.

Jaleando al torero, la multitud consiente en ser explotada por una fuerza superior. Ya sea laboral o sexualmente, o de cualquier otro modo.

Todos pertenecemos al reino animal. O dejamos de chulear, torturar y humillar a otros seres vivos para generar espectáculo, o no podremos lícitamente exigir un trato digno para nosotros mismos.

Así es la ley de la selva.

No debemos aceptar la institución de la tortura-espectáculo como “fiesta nacional”.

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Según la tele, hoy hubo muchos manifestantes en contra de la tradicional lanzada de Tordesillas, esa exhibición de crueldad que llaman el Toro de la Vega. Se ve que cada año va más gente a protestar. Una chica de las que protestaban ha resultado herida por pedrada en la cara.


"New blues", perteneciente al discazo "The extremist" de Joe Satriani, 1992. Un tema muy nocturno, blues sobre una compleja base de tapping. La portada ocre humeante del disco siempre me ha recordado al cuadro de Delacroix "La libertad guiando al pueblo", y su música me traslada sensaciones de energía revolucionaria.


No entiendo gran cosa, pero lograr una escala melódica de armónicos naturales que te sirva como fondo base del tema me parece muy meritorio, teniendo en cuenta que el orden situacional de esa clase de notas en el mástil es completamente distinto al de las notas normales. Me refiero a lo que se escucha sobretodo al comienzo y al final de "Why".



Encarando el invierno próximo


Diría que ésta es la misma versión del "Invierno" de Vivaldi que tengo en CD; la dirigida por Rinaldo Alessandrini. 

18 años después de dejar el instituto, hoy vuelvo a clase.

El 2 de septiembre hice la prueba de nivel de inglés en la Escuela Oficial de Idiomas de Alcoy. Me asignaron 1º de B2, el quinto de los ocho cursos posibles.

Tuve la suerte inmensa de que todavía quedasen plazas en ese curso a la hora de matricularme. Aunque no ha podido ser en lunes y miércoles, como yo quería. Me toca martes y jueves, de 19:30 a 21:10, lo cual me impide seguir por esta temporada con los entrenamientos colectivos de futbito. Habré de entrenarme en solitario. Si encuentro trabajo será complicado entrenar en invierno, pues hay pocas horas de luz natural.

Pero sólo es una temporada. Ahora ya he metido la cabeza en la EOI. Para el curso siguiente podré escoger los días de clase. Y si todo va bien, si me lo curro, en menos de dos años tendré el B2.


En lo que va de año me he puesto bastante en forma, y durante el verano he salido poco de fiesta. Estoy decidido a cuidar mejor el cuerpo esta temporada, y meter más goles. Voy a comer más verduras. El día 4 de octubre empieza la liga.

Como cada año, se acerca el túnel del invierno, y esta vez he de salir mejorado. Quizá un poquito más joven.


Tramo (entre L'Orxa y Villalonga) de la antigua vía férrea que unía Gandía y Alcoy.

lunes, 1 de septiembre de 2014

Lo que puedes llegar a ver por la ventana del avión



En el aspecto positivo, la muerte es una de las pocas cosas que pueden efectuarse estando cómodamente tumbado (Woody Allen – Cuentos sin plumas)

En 1982, a un hombre se le ocurrió, con tal de cumplir su sueño de volar, atar 42 globos de helio a una silla. Llevaba consigo una escopeta para poder descender disparando a algunos globos. En cuanto soltó amarras, la silla se elevó rápidamente hasta una altitud de unos 5 kilómetros. Al cabo de hora y media consiguió llegar casi al suelo. Quedó colgando de unos cables eléctricos, y la policía logró finalmente bajarle de allí. Le cayó una multa enorme por violación del espacio aéreo restringido, lo cual le dejó en la ruina, ya que había llevado a cabo su aventura en las proximidades de un aeropuerto.

Imaginad ser alguno de los pasajeros de aviones que, al mirar por los ventanucos, viesen, entre las monótonas nubes, a un tipo cómodamente sentado en una silla con globos, y con una escopeta entre manos.

Llevo todo el finde partiéndome de risa cada vez que evoco esa imagen.

El tipo se ganó una mención honorífica del premio Darwin.

Se trata de un premio irónico, simbólico, y anual desde 1985. No se entrega, pues el vencedor suele estar muerto. Se lo selecciona entre los casos más cómicos y originales de muerte o auto-castración a lo tonto. Todos los casos son verídicos. El sentido del premio es “este individuo ya no se podrá reproducir, con lo cual, la selección natural ha quedado confirmada. La humanidad ha mejorado genéticamente con su defunción”.

También hay menciones honoríficas para gente ni muerta ni castrada, cuya peripecia haya sido extraordinariamente meritoria. Como atar globos de helio a una silla para volar llevando una escopeta.

Worst things happen at sea, you know?
(Monty Python - La vida de Brian, 1978)

Algunos de los ganadores del Darwin:

Un hombre que intentó atracar una tienda de armas, muriendo por 23 disparos de siete tipos de pistola distintos. Según otra versión, lo de las siete pistolas es exagerado, fueron dos. Aunque me dio más risa la versión exagerada, obviamente.

Otro tío saltó de un avión para filmar a los paracaidistas, pero olvidó ponerse su paracaídas.

El que murió aplastado por una máquina de Coca-cola, al intentar sacar un refresco gratis, cuando llevaba en el bolsillo 28 dólares, ganó el Darwin de 1995.

Un abogado de Toronto intentó demostrar a los becarios la impecable construcción del edificio en que trabajaba. Convencido de que las ventanas eran irrompibles, se lanzó contra una de ellas, rompiéndola y cayendo 24 pisos.

Dos universitarios de Houston depositaron monedas sobre la vía para ver cómo el tren las aplastaba. Esperaron a cierta distancia, sobre otra vía, siendo aplastados por el tren que venía en dirección contraria.

Un paciente de hospital que se mató al intentar fumar llevando puesta una máscara de oxígeno, lo que provocó una explosión, pues se le había aplicado una pomada inflamable.

Un ruso de 28 años murió de un infarto tras la ingesta de varias pastillas de viagra para aguantar la maratón de 12 horas de sexo que le habían propuesto dos amigas.

Un ruso borracho que se picó con los amigos a ver quién era más hombre. Como uno de ellos se cortó un dedo del pie, él cogió la sierra mecánica y se decapitó.

El tipo que enganchó un cohete de combustible sólido al techo de su coche, llegando a coger una velocidad de 560 km/hora y estrellándose, al cabo de 5 km, en la pared de un acantilado. La patrulla de policía que lo encontró creyó inicialmente que se trataba de un accidente de avioneta. Los restos estaban derretidos, había marcas de frenazos en la carretera (el tipo intentó aminorar pisando el pedal de freno), y apenas quedaban del cuerpo pequeños fragmentos de hueso y uña.

He de añadir el caso que vi por la tele hace años, en un “Callejeros viajeros” de San Petersburgo. Sobre la congelada superficie del río Neva, un viejo barbudo se hallaba sentado en un cubo, pescando por un agujero en medio del hielo, con una especie de caña de pescar casera. Cuando los reporteros del programa le entrevistaron, contó que en varias ocasiones, absorto en su actividad, había quedado atrapado por el deshielo, flotando sobre un pedazo a la deriva, y siendo siempre rescatado por algún barco. “Incluso, en una ocasión, el pedazo de hielo flotante me llevó a alta mar”.





domingo, 24 de agosto de 2014

The rain song


La voz de Plant, en 1994, ya tenía poco que ver con la que había sido en 1973, cuando grabaron el quinto disco de Led Zeppelin, Houses of the holy, pero Jimmy Page seguía tocando como pocos. Quizá el más grande de los guitarristas que quedan con vida, tras los decesos de Jimi Hendrix y Paco de Lucía.



This is the springtime of my loving - the second season I am to know
You are the sunlight in my growing - so little warmth I've felt before.
It isn't hard to feel me glowing - I watched the fire that grew so low.

It is the summer of my smiles - flee from me Keepers of the Gloom.
Speak to me only with your eyes. It is to you I give this tune.
Ain't so hard to recognize - These things are clear to all from
time to time.

Talk Talk - I've felt the coldness of my winter
I never thought it would ever go. I cursed the gloom that set upon us...
But I know that I love you so

These are the seasons of emotion and like the winds they rise and fall
This is the wonder of devotion - I see the torch we all must hold.
This is the mystery of the quotient - Upon us all a little rain must fall.

lunes, 11 de agosto de 2014

Los ascensores son para el otoño (de la vida)

El día que suba a casa por el ascensor, habré dejado de ser joven
(y en mi escalera viven viejos de diez años).

Algunas veces vuelvo de Alcoi caminando (13 o 14 km), tras una noche de fiesta, y subo, como siempre, por las escaleras, cinco pisos. Me digo que es para mantenerme en forma y ayudar a quemar todo el alcohol. Al día siguiente veo, como de costumbre, a los niños del primero o del segundo piso esperando el ascensor, y me parece incomprensible.

Y no es culpa suya. En mi infancia, la sociedad nos proporcionaba escaleras y Barrio Sésamo. Hoy les ofrece ascensores y Tele 5.




sábado, 9 de agosto de 2014

Mis preferencias rock/pop por décadas

Los '60
Mejor disco: Abbey Road (Beatles, 1969) y Electric ladyland (Hendrix, 1968)
Mayor temazo: Here comes the sun (Beatles, 1969)     
Mejores grupos:
1º: The Beatles
2º: Jimi Hendrix
3º: Simon & Garfunkel






Los '70
Mejor disco: Houses of the holy (Led Zeppelin, 1973) y Dark side of the moon (Pink Floyd, 1973) 
Mayor temazo: Stairway to heaven (Led Zeppelin, 1971)       
Mejores grupos:
1º: Led Zeppelin
2º:  Pink Floyd
3º:  Thin Lizzy, Deep Purple o Santana




Los '80
Mejor disco: Seventh son of a seventh son (Iron Maiden, 1988) y Master of puppets (Metallica, 1986)
Mayor temazo: One (Metallica, 1988)       
Mejores grupos:
1º: Metallica 
2º: Iron Maiden
3º: Pixies o U2




Los '90
Mejor disco: Dookie (Green Day, 1994), Ok computer (Radiohead, 1997), Blood sugar sex magik (Red Hot Chili Peppers, 1991), Use your illusion II (Guns n'Roses, 1991), Parachutes (Coldplay, 1998), Nevermind (Nirvana, 1991), Californication (Red Hot Chili Peppers, 1999) y Deltoya (Extremoduro, 1992)
Mayor temazo: November rain (Guns N’Roses, 1991)     
Mejores grupos:
1º: Red Hot Chili Peppers
2º: Radiohead
3º: Guns n’Roses, Green Day, Smashing Pumpkins, Nirvana, Extremoduro, Deftones, Incubus o Pearl Jam




Los 2000:
Mejor disco: Room on fire (The Strokes, 2003), Origin of symmetry (Muse, 2001) y In rainbows (Radiohead, 2007).
Mayor temazo: New born (Muse, 2001)  
Mejores grupos:
1º: The Strokes  
2º: Muse
3º: Red Hot Chili Peppers, Radiohead, The New Mastersounds




Los 2010:
No me parece que destaque nadie, por ahora. Y ni de coña Tame Impala. Tiendo a ser muy negativo respecto a ellos. Por lo que sea, me aburren. El sonido es espectacular, pero las melodías son repetitivas. Siento el vacío compositivo bajo esas capas de sonoridad. Estoy convencido de que nunca llegarán a ser uno de los grupos más grandes. Se ve, por ejemplo, en cómo terminan el single "Feels like we only go backwards", con minuto y medio de estribillo, sin variar nada. Una gran banda no puede ser tan monótona. Me gusta "Jeremy's storm". No es mala banda, simplemente veo tremendamente exagerado que se les suela comparar con The Beatles y Led Zeppelin.



Quizá las grandes nuevas bandas de la década actual todavía no han saltado a la fama, y quizá las más grandes sigan siendo las que ya lo fueron en décadas anteriores.





El problemilla a estas alturas de la entrada es: ¿Dónde está el límite entre lo que considero rock/pop y lo que no? Hay un discazo que acaba de salir en 2014: "New ammo" de Karl Denson's Tiny Universe, que estoy seguro de que encantará por igual a fans del metal, del indie o del funk.




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Pienso que las décadas más competidas y espectaculares han sido las de los '60, '70 y '90.

Mi podio histórico tendría un empate entre The Beatles y Led Zeppelin por el primer puesto, y otro empate entre Jimi Hendrix y Red Hot Chili Peppers por el tercero. Y un tercer empate, por el quinto puesto, entre Metallica y Radiohead.



Dookie, mi disco predilecto de los '90, mi adolescencia. Supongo que el disco más innovador de la década fue "Ok computer" de Radiohead, pero Dookie se me pega mil veces más y no lo aburriré nunca.