lunes, 11 de agosto de 2014

Los ascensores son para el otoño (de la vida)

El día que suba a casa por el ascensor, habré dejado de ser joven
(y en mi escalera viven viejos de diez años).

Algunas veces vuelvo de Alcoi caminando (13 o 14 km), tras una noche de fiesta, y subo, como siempre, por las escaleras, cinco pisos. Me digo que es para mantenerme en forma y ayudar a quemar todo el alcohol. Al día siguiente veo, como de costumbre, a los niños del primero o del segundo piso esperando el ascensor, y me parece incomprensible.

Y no es culpa suya. En mi infancia, la sociedad nos proporcionaba escaleras y Barrio Sésamo. Hoy les ofrece ascensores y Tele 5.




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