domingo, 31 de julio de 2016

La primera semana de vacaciones

El año va bien por ahora. Hasta la semana pasada, ha habido mucho trabajo, de modo que, tras varios años flojos, he podido volver a salir de España: a principios de mayo estuve cinco días en Londres. El 1 de mayo, por fin, subimos al Puig Campana, tras varios años intentando poner fecha a esa excursión. A principios de junio hice un par de exámenes y los aprobé: el B2 de inglés de la EOI, y la asignatura de Ciencias y tecnología que me quedaba de la ESO. Son dos titulillos muy básicos, pero hay que tenerlos. Lo había ido dejando pasar demasiado tiempo.

El equipo de futbito, finalmente, ha conseguido remontar 8 puntos y no quedar último de la liga. Penúltimos, pero es un éxito para un equipo de colegas recién formado y con algunos que no están demasiado en forma, y con gente que habitualmente no jugaba. Todos tenemos entre 30 y 40, y generalmente competimos contra gente más joven.

El 13 de agosto me voy a Croacia y Bosnia con dos amigos, hasta el 24. Hemos reservado vuelos de Barcelona a Dubrovnik y de Zadar a Barcelona. Cogeremos un coche de alquiler en el primer aeropuerto, y lo devolveremos en el otro.

He decidido apuntarme a un curso de dibujo en la escuela de Bellas Artes para esta temporada, a empezar en octubre, y tengo la intención de irme preparando por libre para intentar conseguir el C1 de Cambridge en 2017.

Hace una semana empecé las vacaciones, debido a una disminución de los pedidos. Supongo que a partir de septiembre volverá a haber trabajo seguido. Me he pintado la habitación y me he apuntado a las oposiciones para Correos. Y, pensando en amueblar mejor la habitación…

Se me ocurrió ir al Ikea de Valencia y, de paso, estar un par de días en la ciudad, donde tengo algunos amigos viviendo. Quedé con Colomer y dormí anoche en el piso de su familia. Y de paso, he aprovechado para hacer algunas fotos.



Lo que más me atrae de esta ciudad es el verde. Prácticamente todas las calles poseen muchos árboles. Y el clima. Soy de una zona montañosa del interior de la Comunidad, entre Valencia y Alicante, donde en invierno hace bastante más frío, y me da la impresión de que en esta ciudad casi siempre sea primavera o verano.



La ciudad es grande, pero me encanta recorrer largas distancias caminando por ella.

Llegué por la tarde, y empezamos a pasear por el Parque/jardín del Turia, el antiguo cauce del río, hasta llegar, allá a las 21:00, a la zona del Hemisfèric.
Solemos ir desde las Torres de Serranos hasta la Ciudad de las Artes y las Ciencias. Unos 3’5 km muy espectaculares.

Todo el parque que ocupa el viejo lecho del río, desde el Bioparc o La Canaleta hasta casi el mar, tendrá unos 9 km. El trayecto pasa bajo algunos antiguos puentes de piedra, otros más modernos, y pasarelas peatonales. Es uno de los mayores jardines urbanos de España, con 110 hectáreas.




De día siempre veo, por ese inmenso parque, a mucha gente corriendo, paseando, yendo en bici, o practicando otros deportes. También mucha gente tumbada sobre el césped o sentada. 



Los edificios de Calatrava me generan sensaciones contradictorias. Por una parte, son espectaculares y encajan perfectamente en ese espacio verde y hundido varios metros bajo el nivel de la ciudad. Pero da rabia lo que han costado, que en gran parte son sobrecostes de los que fueron a parar a bolsillos privados, como es desgraciadamente costumbre que suceda con las obras públicas en este país. Ya lo escribía Pérez Galdós hace un siglo, aquéllo de "Los dos partidos que se alternan tranquilamente en el poder, se dedican a pastar en el presupuesto..." Ocurre que el PP valenciano, en 20 años, ha arrasado esos pastos. Se ha pasado tres pueblos.

Allí actuaban, sobre un escenario en el lago artificial, un montón de alumnos de la escuela de música Berklee, que se iban relevando cada tres o cuatro temas. El estilo era jazz fusión, generalmente instrumental. Hubo algunos temazos de funk muy bailongos. Por ejemplo, interpretaron Kiss de Prince. Perfecto para empezar la noche. Dijo Colomer que lo hacen cada viernes.

Había parejas remando sobre canoas y barcas, y gente metida en grandes esferas de plástico hinchable que flotaban rodando. Lo de las canoas me gusta, pero eso de introducirte a lo hamster dentro de una bola me parece "Pagar pa patir".



Hacia las diez nos fuimos para ver el correfoc que iba desde la plaza de toros hasta la Puerta de la Mar. Compramos bocatas para cenar y vasos de ron con cola, y llegamos justo a tiempo para verles llegar a esta plaza y vivir la fiesta de la conclusión.



Después, con el segundo vaso de ron cola, caminamos hasta el puerto, donde había botellón, y pronto volvimos a casa en autobús, reventados. A las tres nos acostábamos.



Me he levantado casi a las diez y no he querido despertar a Colomer. Hacia las once estaba callejeando por el casco antiguo.



La Estació del Nord, adonde llegan los trenes. Las vías parten en dos la mitad sur de la ciudad, pero van a ser soterradas, y sobre ellas se construirá el Parque Central. Están en marcha las obras de la primera fase del parque. Lo complicado (por caro) es la segunda fase, que incluye soterrar las vías. Tardarán todavía algunos años en llevarla a cabo. Es una obra absolutamente necesaria, aunque quizá agrave la problemática de gentrificación que está teniendo lugar en el vecino barrio de Russafa, que se ha puesto de moda en los últimos años.



Allá a la una, he quedado con él en el Mercado de Colón, un edificio modernista.



Hemos cogido paella, fruta y agua de un “comidas para llevar” cercano, y hemos bajado al Parque/jardín del Turia para comer.



Más tarde hemos ido en autobús a la playa de la Malvarrosa y, desde allí, hemos paseado hasta el Tinglado nº2 del puerto, una especie de vieja nave industrial abierta por los costados, uno da al embarcadero y el otro a la calle.



Siempre ves gente patinando o descansando a la sombra. Es un lugar relajante, a la vez que animado. Un rincón especial. Hace un siglo, se empleaba como almacén de mercancías.

A las 18:00 nos hemos ido al Ikea, y he terminado las compras sobre la campana, a las 22:00.


2 comentarios:

  1. Bonitas fotos. No conozco Valencia.
    ¿Qué tal tu viaje por Croacia y Bosnia? Yo estuve el verano pasado, con escapadas a Mostar y a la Bahía de Kotor, en Montenegro.

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  2. Chulísimo, aunque más caro de lo planeado. Uno de los tres que íbamos no pudo venir, y al ser dos, el coche sale más caro, además de encarecerse algo más por otras causas. También el alojamiento salió más caro de lo planeado. Bosnia es barata, pero estuvimos un día, y el resto fue por la mitad sur de la costa croata, que es casi como España en cuanto a gastos.

    Todavía no me he puesto a escribir el post, ni tengo todas las fotos. Pero solamente con las mías, ya me costará seleccionar únicamente 30 o 40. El agua en la costa dálmata es muy clara, muy limpia. Es una gozada bañarse en cualquier parte.

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