sábado, 6 de febrero de 2016

The maze (Vinnie Moore, 1999)

Compré el cd por catálogo en 1999 y me enamoré a la segunda o tercera escucha. Enseguida se convirtió en mi disco preferido y lo fue durante una década. No lo volví a ver en tiendas ni catálogos, nunca.

No es una música para todos los públicos. De hecho, no le gusta a casi nadie más que yo conozca. Para mis amigos, unos fans de Radiohead, Tame Impala y casi todo lo no mainstream, exceptuando generalmente el heavy metal, y los otros poperos, esta música resulta fría, demasiado técnica, sin alma. Pero en el último trimestre lo habré escuchado entero más de cien veces, y no me cansa. A mí lo que más me ha llegado siempre es Joe Satriani. Sé ver que hay cosas mucho más creativas, objetivamente, pero nada conecta tan profundamente con mi ser como su música. Me llega incluso más que Led Zeppelin, aun no estando ni remotamente a su altura.

Never been to Barcelona es la primera rumba de Vinnie. No creo que guste demasiado a los más puristas del flamenco, pero supongo que puede gustar a quienes disfruten del Bolero del amigo de Vicente Amigo, que es más fusión. Anteriormente, ya tenía algún temilla con guitarra clásica, She’s only sleeping. Después, incluiría otras tres en Defying gravity (2001): Last road home; House with a thousand rooms; y Equinox. Y la magnífica versión, más clásica, de She’s only sleeping que aparece en el cd Live (2002), y que por desgracia nadie ha subido todavía a Youtube.



Mi canción preferida del mundo mundial, durante algunos años, fue Watching from the light. Una original melodía con pedal de wah-wah y efectos de eco, sobre un acompañamiento cálido y melancólico, como si observases un paisaje nevado desde detrás de la ventana, junto al fuego. Me hacía imaginar coloridas puestas de sol sobre la montaña, donde los distintos vientos, Mestral, Xaloc, Tramontana, etc… se reunían y me contaban historias y anécdotas, cómicas o trágicas, que habían conocido durante sus correrías por el mundo, a lo largo de miles de años.


La melodía más parecida que conozco es la de Love thing de Joe Satriani (1998), y en cuanto a la sonoridad del acompañamiento, las más similares son Sin tu cariño de Maná (2002), Dig de Incubus (2003) y, en menor medida, Eternidad de Sober (2002). Tres temas bastante moñas, pero con un sonido muy chulo, para mi gusto.