Compré
el cd por catálogo en 1999
y me enamoré a la segunda o tercera escucha. Enseguida se convirtió en mi disco
preferido y lo fue durante una década. No lo volví a ver en tiendas ni
catálogos, nunca.
No
es una música para todos los públicos. De hecho, no le gusta a casi nadie más
que yo conozca. Para mis amigos, unos fans de Radiohead, Tame Impala y casi todo lo no mainstream, exceptuando generalmente el heavy metal, y los otros poperos, esta música resulta fría, demasiado técnica, sin alma. Pero en el último trimestre lo habré escuchado entero más de cien veces, y no me cansa. A mí lo que más me ha llegado siempre es Joe Satriani. Sé ver que hay cosas mucho más creativas, objetivamente, pero nada conecta tan profundamente con mi ser como su música. Me llega incluso más que Led Zeppelin, aun no estando ni remotamente a su altura.
Never been to
Barcelona
es la primera rumba de Vinnie. No creo que guste demasiado a los más puristas
del flamenco, pero supongo que puede gustar a quienes disfruten del Bolero del amigo de Vicente Amigo, que
es más fusión. Anteriormente, ya tenía algún temilla con guitarra clásica, She’s only sleeping. Después, incluiría
otras tres en Defying gravity
(2001): Last road home; House with a thousand rooms; y Equinox. Y la magnífica versión, más
clásica, de She’s only sleeping que
aparece en el cd Live (2002), y que
por desgracia nadie ha subido todavía a Youtube.
Mi
canción preferida del mundo mundial, durante algunos años, fue Watching from the light. Una original
melodía con pedal de wah-wah y efectos de eco, sobre un acompañamiento cálido y
melancólico, como si observases un paisaje nevado desde detrás de la ventana,
junto al fuego. Me hacía imaginar coloridas puestas de sol sobre la montaña,
donde los distintos vientos, Mestral, Xaloc, Tramontana, etc… se reunían y me
contaban historias y anécdotas, cómicas o trágicas, que habían conocido durante
sus correrías por el mundo, a lo largo de miles de años.
La
melodía más parecida que conozco es la de Love
thing de Joe Satriani (1998), y en cuanto a la sonoridad del
acompañamiento, las más similares son Sin
tu cariño de Maná (2002), Dig de
Incubus (2003) y, en menor medida, Eternidad
de Sober (2002). Tres temas bastante moñas, pero con un sonido muy chulo, para
mi gusto.