miércoles, 25 de diciembre de 2013

Conciencia. 25S.



   Sergio es imprudente, supongo que impulsivo. Ni cogió una chaqueta ni una sudadera. Llevaba camiseta de manga corta, sin pensar en el frío que podía hacer en Madrid. Tras la primera hora de viaje hacia el interior, aunque rayaba el alba, iba refrescando. Crecía el frío tal como avanzaba el día. Difícil de creer, con lo cálida que había sido la noche en Alicante y, anteriormente, en Alcoy. Durante la última parada, a una hora del destino, le hicimos ver que era poco aconsejable entrar en la capital conduciendo con una camiseta reivindicativa del Frente cívico y el 15M. Circulaban noticias como “La policía está interceptando autobuses, identifican a sus ocupantes y les retienen en las afueras”. Le dejé una camiseta sin mensajes que llevaba en la mochila.

   Tras aparcar en la periférica calle Baleares y haber caminado un kilómetro en busca de la boca de metro más cercana, noté que no llevaba encima el móvil, y le pedí las llaves del coche con la intención de regresar a ver si se me había caído allí. Me confió un llavero enorme del cual colgaban numerosas llaves y un monedero. “No lo pierdas, que ahí está todo mi dinero”. Le propuse soltar la llave del coche, pero me respondió que no y tuve que llevármelo así, algo temeroso de ser atracado por aquellas enmarañadas callejuelas, desorientado y corriendo para no hacerles perder demasiado tiempo. Nos habíamos conocido siete horas antes, en Alicante. Me sorprendió tamaña despreocupación. Por no perder un minuto prefería que me llevase su dinero. Se lo confiaba a un recién conocido.

   Al cabo de catorce horas, de regreso a Alicante, le entró sueño y le sustituí al volante de su coche, puesto que él mismo había pedido otro conductor. Pero antes de ponerme a conducir tuve que limpiar el parabrisas y los limpias con agua y pañuelos de papel durante unos minutos, ya que me parecía imposible conducir con tanta arena seca ante los ojos. También hube de apartar las herramientas (llave inglesa, martillo, etc…) que encontraban mis pies entre los pedales de embrague y freno.

   De madrugada, en Alicante, nos despedimos. Me sorprendió su emotivo abrazo. Era agradable, entrañable, pero un tanto inesperado. Ya en mi coche, de regreso a Muro, Héctor me habló maravillas sobre el grupo con quienes habíamos pasado las últimas veinticinco horas: “Se implican en cualquier problema. Hacen todo lo posible por ayudar a los necesitados, acuden a intentar parar desahucios, van a todas las manifestaciones que pueden, son de lo que no hay…”.

   Héctor entraba a trabajar a las ocho, y le dejé en Cocentaina, ante su casa, a las siete y media. El viaje tenía trazas de odisea. Yo me moría de sueño. La noche anterior tampoco había sido capaz de dormir más de una hora, pues me había levantado a las tres de la madrugada para recogerle y llegar a Alicante. Empalmaba dos días y dos noches habiendo dormido una hora por noche, y conduciendo entre ambas noches casi cinco horas.

   Sergio será imprudente a mi modo de ver, y no obstante, en los ámbitos más importantes, sabe ver la realidad, preocuparse e implicarse. Es realmente inteligente, ya que entiende de qué va la vida. Sobretodo me pareció muy buena persona. Existía un gran contraste entre él y los anónimos personajes que gestionan páginas de Facebook de corte sectario, con nombres como “Consciencia cuántica” o “Camino al despertar”. Gente que habla tanto de amor y conciencia, pero nunca se hace eco de la inminencia de una manifestación que podría ayudar a mejorar la situación. Tan solo les interesa vender sus charlas místicas de autoayuda, sus cursos de meditación o de yoga tántrico, sus libros sobre la falsísima “entrada de la Tierra en el cinturón de fotones de Alción”, y quizás también sumar adeptos a alguna secta. Repiten la palabra consciencia como si su significado solo tuviese relación con lo que ellos venden. Hablan de cambiar el mundo, pero pasan del mundo.

   Sergio estuvo con casi todo el grupo en primera línea cuando los antidisturbios empezaron a repartir porrazos a diestro y siniestro, ante el Congreso. Tan solo Héctor y yo habíamos retrocedido unos metros porque nos veíamos venir el conflicto. Los demás estaban acostumbrados a esa solidaridad apocalíptica con la multitud de desconocidos. Me sorprendió el valor de Lisa, una rusa que hablaba el español mejor que yo, cuando todo el día había afirmado que no quería recibir golpes ni ser identificada por nada del mundo, ya que corría peligro de ser deportada, y NO PODÍA volver a Rusia (a saber en qué problema con el dictatorial gobierno ruso la habría metido su enorme valentía), y que iba a procurar no meterse en líos. Sin embargo, el compromiso social le pesó más que la prudencia, aunque afortunadamente se salió con la suya. Desarmados, sin ganas de violencia, pero sabiendo que es inevitable, se mantienen allí delante, y luego NO presumen de haber dado la cara más que otros. No esperan que tal día marcado por los aztecas el mundo entre en una “nueva dimensión espiritual” o en una “era de conciencia”. Actúan contra el destino más probable.

   Después nadie exaltaba su propia actuación. Se comentaba el evento como un hecho colectivo. Y, por encima de todo, nadie habló de valores al estilo religioso. Simplemente sentíamos la adrenalina, la emoción del riesgo experimentado, y el haber sido parte de algo que apetecía relatar, un collage al cual cada uno agregaba su pedacito en el restaurante de la gasolinera, ante otros viajeros: Madrid lleno de policías, la multitud infinita de manifestantes cuyo final era imposible discernir por las grandes avenidas, elevando la cabeza todo lo posible, mirando adelante y atrás, no end, el inicio de las cargas policiales, el compañero que lleva doce puntos de sutura en la cabeza, que hemos pasado hace un rato a recogerle por el hospital donde ha pasado las últimas horas, la asistencia que ha desbordado toda previsión, incontables miles de personas (hacia 30 o 40 mil), aunque los medios mientan reduciéndonos a seis mil, los agentes que incluso se han metido a repartir hostias entre quienes esperaban el tren en la estación de Atocha, la gente que por una vez ha plantado cara a la policía llegando a derribar vallas y a liarse a empujones y patadas, el largo rato perdido entre desconocidos, sin poder localizar a nadie, habiendo huido desesperadamente de la brutalidad, sin apenas batería en el móvil, las frases cantadas a todo pulmón, el chico que probablemente quedará paralítico, el antidisturbios derribado al que un chaval o dos han pateado…   

   No sé cómo podría no querer a esta gente. No sé si nos volveremos a ver, éramos catorce, de entre veinticinco y sesenta años aproximadamente, gente muy culta (oí comentar que alguno que otro de ellos escribe artículos en páginas como “Attac” o “Democracia real ya”), de algunos no he llegado a conocer ni el nombre, pero un día tan intenso que culmina dos días sin apenas dormir, conduciendo esas cinco horas en dos coches y entre dos noches, conociendo gente tan especial, la buena charla y las risas en el coche con Sergio, Lisa y Héctor, y el formar parte de una fecha histórica, digna de un cuadro de Delacroix o Goya, el 25-S de 2012, el primero de varios “Rodea el congreso”, no se olvida.

   “Histórico” decían, de manera unánime. La manifestación de hace diez días, convocada por los sindicatos, fue totalmente mansa. La policía no había atacado porque había líderes sindicales, conchabados con el gobierno. Todo fue una parodia. En cambio, hoy era una incógnita lo que iba a suceder. Algo verdaderamente inquietante para el poder. El lema “rodea el congreso” destilaba una posible agresividad. Hoy el gobierno no sabía a ciencia cierta de qué iba la cosa. Nadie lo sabía. En general no se pensaba recurrir a la violencia, pero había cierta atmósfera de toma de la Bastilla, de “quién sabe... no llevamos armas ni protecciones, pero hay mucha gente cabreada”. Hoy la policía tenía órdenes de atacar a las 20:30 y disolvernos a las malas. Hoy ha habido secretas infiltrados para armar jaleo que diese argumentos a la represión policial. Pero hoy la gente ha mostrado carácter. Ha respondido a las agresiones. Ha presentado batalla durante una hora, y mucha gente, entre ellos nosotros, hemos seguido allí, ante el Congreso, algunas horas más. A desgana y lleno de inquietud en mi caso. Hubiese preferido irme tras las primeras cargas, hacia las 21:00. Pensaba que allí ya no pintábamos nada. Lo principal había pasado, y uno de nosotros era llevado al hospital por una de las ambulancias del Samur. Una periodista nos advertía que la policía estaba cargando en Atocha y en Huertas. La batería de mi móvil, que no duraba una mierda, casi me impide volver a localizar al grupo tras las cargas policiales, sin conocer para nada Madrid, poseyendo un mapa del centro donde no aparecía la periférica calle Baleares, donde habíamos aparcado. Al irnos, a las 24:30, todavía quedaban algunos centenares de personas, atentamente vigilados por excesivos policías. El helicóptero no había parado todavía de sobrevolar el centro de Madrid, todo el día, otro derroche de dinero público para combatir al pueblo, otro motivo de enojo, y otro detalle que alimentaba la exagerada sensación de verdadera revolución.

Guns of Navarone (The Skatalites):





lunes, 23 de diciembre de 2013

La noche

Los bosquimanos ¡Kung del desierto de Kalahari, en Botswana, tienen una explicación para la Vía Láctea, que en su latitud está a menudo encima de la cabeza. Le llaman “el espinazo de la noche”, como si el cielo fuera un gran animal dentro del cual vivimos nosotros. Su explicación hace que la Vía Láctea sea útil y al mismo tiempo comprensible. Los ¡Kung creen que la Vía Láctea sostiene la noche; que a no ser por la Vía Láctea, trozos de oscuridad caerían, rompiéndose, a nuestros pies. Es una idea elegante.
  (Carl Sagan –Cosmos, 1980)

El Camino de Santiago sería un intento de cristianizar una antigua y sagrada ruta de peregrinación que recorrían para presenciar la tumba del Sol y el mundo de los muertos emplazado frente a las costas de Finisterra, el Finis Terrae de los romanos. En los primeros siglos de nuestra era, los caminantes se dirigían hasta allí para ver de cerca la muerte –la del Sol, que allí se hunde en las aguas del Atlántico-, y salir fortalecidos de esta experiencia simbólica. El hecho de que la Vía Láctea apunte hacia el oeste, reforzaba las antiguas supersticiones que invitaban a caminar en esa dirección. Por ello, uno de los nombres más comunes para referirse al Camino es la Vía Láctea.
  (Los caminos del norte a Santiago, 2010)

Los vikingos creían que se dirigía al Valhalla, donde van las almas al morir, Los celtas aseguraban que llevaba al castillo de la reina de las hadas, mitos chinos y japoneses se refieren a ella como un río de plata, para los griegos era un reguero de leche derramada del pecho de Hera...
  (Wikipedia)

Demócrito (460-370 a.C.) sugirió acertadamente que tan solo se trataba de un conglomerado de muchísimas estrellas como el Sol. Como es normal, no le creyó ni Cristo. Los mitos suenan más hermosos que la física.
Es una guerra perdida. Eternamente lo será.


Quizá mi condición de dibujante frustrado por inconstancia infantil determina que siempre me haya gustado caminar o conducir de noche, especialmente dentro de los pueblos y ciudades. El paisaje silencioso, solitario y lleno de luces y sombras, semeja un cuadro al cual se añade la dimensión del movimiento, la opción de ingresar en él y cambiarle a tu gusto los puntos de fuga, redefinir con cada milímetro que avanzas las líneas que conforman la perspectiva. La ciudad está compuesta por incontables paisajes de cuadro, uno distinto por cada minúsculo movimiento que efectúes.

La gente se recoge en los interiores de miles de viviendas que me rodean y me permite el uso casi exclusivo de los grandes espacios abiertos, confiriéndome una sensación que se acerca a la de intimidad (intimidad al aire libre, un lujo). Me recuerda los infantiles sueños de viajes interestelares. Los parpadeantes semáforos son estrellas. Las misteriosas viviendas son planetas habitados, cada uno con sus alegrías o problemas, cada uno un pequeño centro del universo, un insignificante objetivo prioritario de la creación.

Me maravilla la sensación de que existen tantas historias inaccesibles ahí, al otro lado de cada muro, cada ventana.
En cada época pretérita.
En cada planeta habitado.
¿Insondables del todo? Los rasgos de personalidad se van copiando y repitiendo de unos individuos a otros, incluso sin que se conozcan entre sí. La diversidad no es ilimitada. Si han existido, como se calcula, cerca de 115.000 millones de personas en la historia del mundo... ¿Se habrán dado casos de personalidades calcadas por completo?

Durante la adolescencia, cuando subíamos a la montaña para pasar la noche en el refugi de Agres y visitar el pico del Moncabrer, yo solía abandonar el refugio a la hora de la puesta de sol. Allá abajo divisaba una inmensa extensión de bancales atravesados por pueblos, carreteras, caminos y cadenas montañosas menos altas, una detrás de otra, hasta donde se perdía la vista. A punto de ocultarse el sol, una especie de arco iris inmenso y horizontal, acostado, ceñía todo el ecuador de la bóveda celeste, rodeándome, y yo deducía que miles de personas desde hace milenios lo habrían observado fascinados como yo y se habrían sentido inducidos en momentos así a preguntarse por el sentido de la existencia y el de sus propias vidas individuales. Mi fantasía era que los distintos vientos, poniente, tramontana, xaloc, gregal, etc…, que tanto han trajinado por el mundo, pudiesen contarme las historias de toda esa gente antigua que han conocido. Sus tribulaciones y alegrías. Sus momentos de mayor intimidad, sus temores, sus proyectos, y el resultado, los destinos finales de todo ello.


Hace entre diez y quince años mis amigos y yo solíamos frecuentar un pub rockero de Alcoy que se llamaba Hobby. Cuando notaba que me había pasado con la bebida, y me reconocía abocado a pasar un día entero de cama, vómitos, y mareo, ya fuera en mitad de la noche o rayando el alba, empezaba a caminar en dirección a casa, unas dos-tres horas de aceras, arcenes y caminos, atravesando casi todo Alcoy, siguiendo por el bucólico trazado de lo que antaño había sido la vía del tren hasta Cocentaina, y de ahí otro tramo de antigua vía, entre bancales, hasta Muro. Unos trece o catorce kilómetros. Al llegar había quemado con creces todo el alcohol sobrante.

Había realizado un cálculo para entender, a escala humana, algunas distancias fundamentales:
Si el Sol midiese medio milímetro, la Tierra se hallaría situada a cinco centímetros de él.
El último planeta de nuestro sistema solar, Neptuno, lo orbitaría a metro y medio.
La estrella más próxima, Alfa Centauro, se encontraría a 13 kilómetros.
Nuestra galaxia, la Vía Láctea, mediría del uno al otro extremo tres millones de km.
La galaxia de Andrómeda, M31, una de las más cercanas, estaría situada a 75 millones de km.
Todo esto si el Sol midiese solo medio milímetro.

Podía imaginar la magnitud de un viaje interestelar. Yo partía de una minúscula Alfa Centauro al salir del Hobby y, transcurridas mis dos o tres horas de caminata, visitaba conjuntamente todo el Sistema Solar en el momento justo de acostarme, ya libre de toxinas, fresquísimo. Todo lo demás, todo el trayecto, había sido el espacio interestelar, prácticamente puro vacío.

Probad a recorrer 13 km entre dos estrellas de medio milímetro y entenderéis que me cueste creer en ovnis, pese a estar convencido de la existencia, en nuestra misma galaxia, de millones de planetas habitados.

El invento humano más alejado de la Tierra es la nave Voyager 1, lanzada en 1977 para investigar los planetas y satélites del sistema solar exterior. Su velocidad actual es de 17 km por segundo. No se ralentiza debido a la ausencia de fricción en el vacío. Se encuentra ahora poco más de cuatro veces más lejos que Neptuno.

Si su trayectoria la llevase (que no es el caso) hacia el sistema solar más próximo, Alfa Centauro, tardaría a esa velocidad 79.295 años en llegar.

El camino solitario entre campos de olivos, a veces bordeado de cañas, evocaba épocas más rústicas. Cuando la noche era peligro y frío. Cuando el fuego de una hoguera se hacía indispensable para ahuyentar a los depredadores.

La temperatura media en Plutón, a 5.900 millones de km del Sol, es de -215º C. Así que no me quiero imaginar el frío que debe hacer en el espacio fuera de las galaxias.

Pienso: Cincuenta mil dioses con cincuenta mil nombres y atributos distintos han sido temidos sobre estos mismos caminos y campos. Quizá no exagero con esa cifra. Cincuenta mil dioses con distintas leyes, distintos ritos, distintos dogmas y distintas definiciones del bien y el mal.
Y distintos pronósticos sobre el destino de la vida y el universo.

El árbol Yggdrasill, situado en el “centro”, simboliza y al mismo tiempo constituye el universo. Su cima toca al cielo y sus ramas abarcan el mundo. Una de sus raíces se hunde en el país de los muertos (Hel), la otra llega al país de los gigantes y la tercera al mundo de los hombres. Desde que brotó, es decir, desde que el mundo fue ordenado por los dioses, Yggdrasill estuvo amenazado de ruina, pues un águila comenzó a devorar su follaje, su tronco empezó a pudrirse y la serpiente Niddhog se puso a roerle las raíces. Un día no muy lejano Yggdrasill caerá, y entonces sobrevendrá el fin del mundo.
  (Mircea Eliade –Historia de las creencias y las ideas religiosas, tomo II, capítulo 173. Yggdrasill y la cosmogonía de los antiguos germanos, 1978)

Me resultan hermosas algunas de las ideas religiosas caducas y por ello inocuas, o vigentes en otras partes del mundo pero que a nosotros no nos afectan en el desarrollo de nuestras vidas. No se les puede negar su condición de cuentos preciosos:

Toda cultura humana se alegra de la existencia de ciclos en la naturaleza. Se pensó entonces que estos ciclos no podían existir si la voluntad de los dioses no lo hubiese querido así. Y si hay ciclos en los años del hombre, ¿no podría haber también ciclos en las eras de los dioses? La religión hindú es la única de las grandes fes del mundo que inculca la idea de que el mismo Cosmos está sujeto a un número de muertes y de renacimientos inmenso, de hecho infinito. Es la única religión en la que las escalas temporales corresponden, sin duda por casualidad, a las de la cosmología científica moderna. Sus ciclos van de nuestro día y noche corrientes hasta un día y una noche de Brahma, que dura 8.640 millones de años, más tiempo que la edad de la Tierra o del Sol y una mitad aproximadamente del tiempo transcurrido desde el big bang. Y hay todavía escalas de tiempo más largas.

Hay en esta religión el concepto profundo y atrayente de que el universo no es más que el sueño de un dios que después de cien años de Brahma se disuelve en un sueño sin sueños. El universo se disuelve con él hasta que después de otro siglo de Brahma, se remueve, se recompone y empieza de nuevo a soñar el gran sueño cósmico. Mientras tanto, y en otras partes, hay un número infinito de otros universos, cada uno con su propio dios soñando el sueño cósmico. Estas grandes ideas están atemperadas por otra quizás más grande todavía. Se dice que quizás los hombres no son los sueños de los dioses, sino que los dioses son los sueños de los hombres.
  (Carl Sagan –Cosmos, 1980)



Siempre habrá quien elabore mensajes tipo éste o parecidos (Aunque parezca imposible creer en cazurradas así, es un copiapega, no me lo invento, y conozco a alguien que lo colgó en Facebook, totalmente en serio):

Los eclipses son siempre rasgaduras que rompen de alguna manera el tejido espacio-tiempo (la mente) y que permiten la entrada de nuevas energías a la Tierra. Y este importantísimo portal de eclipses de noviembre es la preparación cósmica para el gran portal de irradiación Crística dorada que será el 12-12-12 (12 de diciembre del 2012). En el 12-12-12 la Tierra es impregnada por una gran irradiación Crística proveniente de la energía del Sol central de la galaxia. La Tierra deja de estar aislada y esa energía del Espíritu, Dios Padre-Madre, lo femenino en perfecto equilibrio con lo masculino, sustentando la energía de la Unidad, del Amor Incondicional, inunda la Tierra, rompiendo definitivamente el velo de separación que la ha mantenido durante milenios como un planeta de exilio y de oscuridad.

Nos creemos especiales y seguimos imaginando dioses que se preocupan por nosotros. Las religiones se reinventan prometiendo la llegada de “la conciencia de la quinta dimensión” o cualquier energía espiritual que viene para salvar a la humanidad.

Me entristece la falta de empatía que ello supone, para con los miles de millones de personas (sin contar las demás especies de seres vivos) que nos han precedido sufriendo la crueldad del mundo, pasando guerras, torturas, hambre, humillaciones, desamores… Parecería que toda esa gente fue menos importante que quienes ocupamos el mundo en la actualidad. Como si sólo nosotros hubiéramos sido merecedores de que las injusticias del mundo terminen durante nuestra vida.

El mundo definitivamente no se destruye. No hay ninguna "apocalipsis" del final del mundo. Pero lo que si hay es un mundo nuevo que todos sin excepción, y con independencia de creencias, nivel de comprensión y estado de conciencia, podemos y podremos notar. Simplemente con que echemos la vista atrás, hacia unos cuantos pocos años atrás, podremos ver un mundo completamente diferente y que a partir de ahora se moverá en una velocísima espiral de cambio y de renovación.

Podremos hablar de que la Tierra entra en la 4ª dimensión y en la conciencia de la 5ª dimensión, aunque las palabras y los conceptos tampoco tienen ninguna importancia. Qué importancia iban a tener cuando son simplemente símbolos para poder comunicarnos desde la limitada mente humana de esta dimensión. Pero sí es cierto que es otra dimensión. Es otra dimensión de la realidad, otra dimensión de la materia y de la mente.

La única renovación que veo en todo esto es la del discurso religioso, siempre en busca de nuevas brechas por donde penetrar en las mentes incautas. En tiempo de decadencia del Imperio Romano triunfó el cristianismo, pero si no se hubiese impuesto, es casi seguro que hoy el mundo sería mayoritariamente mitraísta. Era la otra secta de enorme popularidad en aquellos tiempos. La humanidad siempre vivirá en un tira y afloja con alguna institución mística dominante.

El optimismo y el pesimismo, como filosofías cósmicas, muestran el mismo humanismo ingenuo; el ancho mundo, tal como lo conocemos por la filosofía de la naturaleza, no es ni bueno ni malo, ni se preocupa por hacernos felices o desgraciados. Todas estas filosofías tienen su origen en el egocentrismo, y un poco de astronomía es la mejor manera de corregirlas.
  (Bertrand Russell – Por qué no soy cristiano, 1956)

Me engancha la visión de esos conglomerados de variopintos grados de oscuridad que, sobre los relieves del asfalto y las alineadas aceras, forman sombras pertenecientes a objetos opuestos a distintas fuentes de luz. Cada esquina que giro me descubre un nuevo mundo lleno de vida invisible con intimidades insondables y percepciones inimaginables. Algún que otro insecto vagabundo, para el cual posiblemente el universo no sea más grande que esta calle y yo sea un dios temible, hace su propio camino ignorando la itinerante reverberación de las distintas luces intermitentes y contínuas que me acompaña, acompasada al ritmo de mis pasos, surfeando sobre casi todo tipo de superfícies: las de los bancos de madera empapados de lluvia, con brazos de acero, las persianas metálicas, las papeleras y contenedores, los vehículos aparcados, las baldosas que piso…

Carl Sagan, en plan juguetón, conjetura una jerarquía infinita de universos, de modo que si penetramos en una partícula elemental, por ejemplo un electrón de nuestro universo, se nos revelaría como un universo enteramente cerrado. Dentro de él, organizadas como el equivalente local de galaxias y estructuras más pequeñas, hay un número inmenso de otras partículas elementales mucho más diminutas, que a su vez son universos en el nivel siguiente, y así indefinidamente: una regresión infinita hacia abajo, sin fin. Y lo mismo hacia arriba. Nuestro universo familiar de galaxias y estrellas, planetas y personas, sería una única partícula elemental en el siguiente universo superior, el primer paso de otra regresión infinita.

Esta es la única idea religiosa que conozco que supera a la del número sin fin de universo cíclico infinitamente viejo de la cosmología hindú. ¿Qué aspecto tendrían estos otros universos? ¿Estarían construidos sobre leyes físicas distintas? ¿Tendrían estrellas y galaxias y mundos, o algo muy distinto?”


 Ojalá todos los cuentos fuesen tan inofensivos como este.



ALGUNOS DATOS REALES

Año luz: 9.460.730.472.580,8 km

Diámetro del Sol: 1’4 millones de km
Sol - Tierra: 150 millones de km
Sol – Neptuno: 4.498 millones de km
Sol - Alfa Centauro: 4’37 Años luz (41.343.392.000.000 km)
Diámetro de la Vía láctea: 100.000 años luz (9.460.730.472.580.800.000 km)

Así que:

La distancia entre el Sol y la Tierra es 107 veces el diámetro del Sol.

La distancia entre el Sol y Neptuno es 30 veces la distancia de la Tierra al Sol.

La distancia del Sol a Alfa Centauro es  275.622,6 veces la distancia de la Tierra al Sol.

El diámetro de la Vía Láctea es 63.071.536.484 veces la distancia entre la Tierra y el Sol.

La distancia entre la Vía Láctea y Andrómeda es de 25 veces el diámetro de la Vía Láctea.


La mujer del alquimista (Tursun Gül - banda alcoyana):

¿Cuántos satélites necesitas para espiar por mi ventana?
Clases de química se transforman en noches de ácido y locura.



In the days of the caveman (Crash Test Dummies -1993): 




When you go on camping trips you’re stuck right out in nature
Foraging the forests like a primate
Using sharpened tools instead of hotplates

Your thumb and forefinger supposed to show you’re not a wild beast
You can hear their noises at night time
They don’t have to keep a certain bedtime

See in the shapes of my body
Leftover parts from the apes and the monkeys

Sometimes when I lie awake I hear the rainfall on my tent fly
I think of all the insects that are sleeping
And wonder if the animals are dreaming

In the days of the caveman and mammoths and glaciers
Bugs and trees were your food then; no pyjamas and doctors

And when I finally get to sleep, I dream in technicolor
I see creatures come back from the Ice Age
Alive and being fed inside a zoo cage



sábado, 21 de diciembre de 2013

Recopilación de frases hilarantes

Empecemos con música alegre:
Sunday arak (Balkan Beat Box):




Como todavía no tengo muy claro de qué va a tratar este blog y de qué no, vamos con algo que posiblemente ya conozcáis, porque sus diversas versiones llevan muchos años circulando por la red.

Todavía recuerdo una de esas tardes medio resacosas de domingo, hace once o doce años, en que nos juntábamos algunos amigos en cualquier cafetería para preguntarnos: ¿Salimos ayer? ¿Qué hicimos?, e ir aportando cada uno sus recuerdos de la noche anterior para obtener entre todos una reconstrucción más o menos fiable de los hechos.

Aquella tarde, Marcos apareció con varios folios impresos repletos de frases graciosas. Tres de aquellos folios trataban sobre

"RESPUESTAS VERÍDICAS EN EXÁMENES DE ALUMNOS DE BACHILLERATO (Y UNIVERSITARIOS) DE LOS AÑOS 70"

He agregado algunas otras que encontré posteriormente, así como mi nota en Facebook tras el desliz de Rajoy el pasado 2 de agosto. Ahí va. ¡Que aproveche!:


Países productores de miel: La granja de San Francisco.
Partes del insecto: Son tres: in-sec-to.
¿Derivados de la leche?: La vaca.
Estimulantes del sistema nervioso: El café, el tabaco y las mujeres.
Capacidad pulmonar: Es de unos cinco mil litros.
Definición de rumiantes: Son los que eruptan al comer.
Geografía: En Holanda, de cada cuatro habitantes, uno es vaca.
Insectos: Son una especie de aves pequeñísimas.
Posición de los ojos en las aves rapaces: Uno hacia arriba, otro hacia abajo y otro hacia atrás.
Comentar algo del 2 de mayo: ¿De qué año?
La Santísima Trinidad: Son el Padre, el Hijo y una Palomica que vive con ellos.
El mendelismo: Mendel trabajó mucho ayudado por caracoles.
¿Conoces algún vegetal sin flores?: Conozco.
Alfarero: El que tiene un farol.
Polígono: Hombre con muchas mujeres.
Ave Cesar morituri te salutan: Las aves de César murieron por falta de salud.
Cogito, ergo sum: Le cogí lo suyo.
La sal común: Tiene un curioso sabor salado.
Ecosistemas: La tundra y la gaita.
Derivados de la leche: El arroz con leche.
Países que forman el Benelux: Bélgica, Luxemburgo y Neardental.
Barroco: Estilo de casas hechas de barro.
Palabra derivada de luz: Bombilla
El arte griego: Hacían botijos.
Cita un gusano que no sea la lombriz de tierra: La lombriz de mar.
Qué es la hipotenusa: Lo que está entre los dos paletos.
Reptiles: son animales que se disuelven en el agua.
Reptiles: Un reptil peligroso de España es el cocodrilo.
Trabajo y energía: Trabajo es si cogemos una silla y la ponemos en otro sitio. Energía es cuando la silla se levanta sola.
Les oiseaux chantaient dans les arbres: Las ostras cantaban en los árboles.
Quevedo: Era cojo, pero de un solo pie.
Dimorfismo sexual: El macho se diferencia de la hembra por una prolongación más o menos larga.
Explica algo del Greco: Era vizco.
Coleccionistas de sellos: Sifilíticos.
Terremotos: Son movimientos bruscos que se tragan a las personas.
Mahoma: Nació en La Meca a los cinco años.
Fósiles: Son unos señores muy antiguos.
Fósiles: Son animales que se extraen de los grandes museos, como el de Madrid.
Movimientos del corazón: El corazón siempre está en movimiento, sólo está parado en los cadáveres.
Movimientos del corazón: De rotación alrededor de sí mismo y de traslación alrededor del cuerpo.
Animales polares: Son la Osa mayor y la Osa menor.
La soberbia: Es un apetito desordenado de comer y beber, que se corrige practicando la lujuria.
Los cuatro Evangelistas: Eran 3: San Pedro y San Pablo.
La catedral de Leon: Fue construida por los romanos gracias a un arquitecto americano.
Minerales: Son animales sin vida.
El cerebro: Las ideas, despues de hablar se van al cerebro.
Depuración del agua: Se hace por los rayos ultraviolentos.
Volcanes: En Mallorca está el Teide. El agua de mar se solidifica y sale por el cráter.
Un parásito interno del hombre: El langostino.
Área del triángulo: Es igual a la cuarta parte de la mitad de su lado por la semisuma de la raíz cuadrada de tres.
Moluscos: Son esos animales que se ven en los bares, por ejemplo el cangrejo.
Dónde fue bautizado Jesucristo: En Río de Janeiro.
Sancho Panza: Era muy aficionado al vino, a las mujeres y a las drogas.
Religión: Caín mató a Abel con una molleja de burro.
Círculo: Es una linea pegada por los dos extremos formando un redondel.
Marsupiales: Son los animales que llevan las tetas en una bolsa.
Las algas: Son animales con caracteres de vegetales.
Anfibios: De los huevos de rana salen unas larvas llamadas cachalotes.
Reproducción sexual: Para que se provoque la FERMENTACIÓN, tienen que estar el órgano masculino dentro del femenino.
Peces: El caviar se hace con huevos de "centurión".
Lenguas vernáculas: Las que se hablan en las tabernas.
El voltio: Fue inventado por Voltaire.
Mamíferos: Los gatos “dan luz” dos veces al año.
Dónde está el río San Lorenzo: En el Escorial.
El sexto mandamiento: No fornicarás a tu padre y a tu madre.
¿Qué es la atmósfera?: La atmósfera es el sitio donde se encuentran los procesos atmosféricos como las nubes. En esta parte se producen los rayos sísmicos, que son aquellos que producen los terremotos y el temblamiento de tierra.
¿Qué es una encíclica?: Es un buque de hierro que flota en el mar.
Arterias: Son unos tubitos de plástico flexibles.
Australia: Es un país lleno de canguros y “orinocos”.
El cerebelo: Es el fruto del cerebro.
Quién inventó el pararrayos: Frankenstein.
Juan Ramón Jiménez: Se distingue por su amor a la cabra, y sobre todo a “Platero”.
La médula espinal: Es un tubito de 10 a 12 metros donde decían los antiguos que residía el alma.
La piel: Es un vestido sin el cual no resistiríamos los porrazos, es además un muro de contención para que no se nos salgan las carnes.
Las abejas: -Las “ovejas” hacen cera y miel. -¡No hombre! –ah, sí, las “obispas”.
Brisa del mar: Es una brisa húmeda y seca.
Esqueleto: La pantorrilla esta formada por el hueso mas largo del cuerpo, que es el fémur, que va desde el omoplato hasta la rótula.
Señale un molusco perjudicial: El león.
Insectos: El paludismo es producido por la mosca "SS".
Música, la orquesta: La orquesta es cuando se juntan mucha gente que toca, y toca la música. Los instrumentos se colocan unos delante y otros detrás y eso depende del tamaño, por ejemplo la gaita se coloca siempre delante.
Glaciar alpino: Se llama así porque arrastra muchos pinos.
Partes del tronco: Ombligo, cintura y tetilla.


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MI NOTA EN FACEBOOK TRAS CIERTA CAGADA DE RAJOY (2 de Agosto 2013)

Si los valencianos fueran pitufos votarían a Gargamel. Fin de la cita.
Cuando un policía te diga “sopla” pide un deseo. Fin de la cita.
Los de Cuenca, ¿hacia dónde miran? Fin de la cita.
Nunca digas “¡Guay!” con la boca llena. Fin de la cita.
¿El papel le gana a la piedra? Ok, te tiro una y te defiendes con un folio. Fin de la cita.
Tranquilos, no es más que una nube pasajera… (Noé). Fin de la cita.
¿Qué queda más lejos: el Quinto coño o A tomar por culo? Fin de la cita.
En toda empresa humana, el trabajo busca el nivel jerárquico inferior. Fin de la cita.
Empecé la dieta hace 2 semanas y ya he perdido 14 días. Fin de la cita.
Gilipollas no lleva tilde pero se acentúa con los años. Fin de la cita.
Todo el mundo miente, pero no importa, porque nadie escucha. Fin de la cita.
Un cacahuete flotando en una piscina ¿Sigue siendo un fruto seco? Fin de la cita.
Me sobra demasiado més al final del sueldo. Fin de la cita.
Nada viaja por el universo a mayor velocidad que un cheque sin fondos. Fin de la cita.
Es más jodido salir del Ikea que de las drogas. Fin de la cita.
Soy la clase de persona con la que mi padre no quiere que me junte. Fin de la cita.
Sin la palabra “amor”, Maná sería un grupo instrumental. Fin de la cita.
Cuando se sumerge un cuerpo en el agua, suena el teléfono. Fin de la cita.
Si algun día nos meten en la cárcel por descargarnos música, que al menos nos separen por estilos musicales. Fin de la cita.
He visto balas que han causado menos daños cerebrales que Intereconomía. Fin de la cita.
Las camisas nuevas atraen la sopa. Fin de la cita.
Why is Monday so far from Friday, but Friday so close to Monday? End of the quotation.
Hay que ser zorra para venir del futuro y traer sólo una botella de lejía. Fin de la cita.
En España, estudiar varias carreras sólo sirve para ganar al trivial. Fin de la cita.
La vida es demasiado corta para quitar el hardware con seguridad. Fin de la cita.
Todos los objetos inanimados se mueven lo suficiente para estorbar. Fin de la cita.
¿Por qué los mayores construyen los columpios siempre encima de un charco? Fin de la cita.
El trabajo dignifica mi cuenta corriente. Fin de la cita.


Fin de la cita. Fin de la cita.